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La tentación de los múltiples y variados atractivos de Ibiza y Formentera regresa con la manga corta y las noches breves. Se puede ir a muchos otros lugares, pero cuadrar unos días en las Pitiusas impedirá que la sensación de un verano incompleto se haga fuerte durante 11 largos meses, será la energía para alcanzar la siguiente parada y proporcionará la cuota perfecta de imágenes para hartar en redes sociales durante ese tiempo.

Transporte, alojamiento, manutención y desplazamientos por las islas son los puntos clave que hay que cerrar cuanto antes para sólo pensar en el esparcimiento, en cualquiera de sus formas. Buscadores, recomendaciones de amigos y experiencias previas se combinan en una misión tediosa y, en ocasiones, casi frustrante. Pero existe una opción maravillosa que convierte el trámite en emoción y logra que no haya un solo minuto ganado por el tedio en esos pasos: apostarlo todo al velero. No hablamos de super yates privados, de embarcaciones inalcanzables, mucho menos de un hotel llamado crucero. Se trata de un barco a vela al alcance de cualquier bolsillo que pretendiera poner un pie en las arenas de estas islas en temporada alta. Una nueva perspectiva para quienes ya conocen aquel entorno, la mejor manera para una primera vez.

 

CONSEJOS PARA TUS PRIMERAS VACACIONES A BORDO

Selecciona el itinerario. La maravilla de cruzar el Mediterráneo ida y vuelta la tienes asegurada, pero conviene llegar a las islas con las paradas previstas para aprovechar el tiempo. Qué calas y cuánto tiempo en cada una. Se pacta de antemano. Hacer esto en un Excel puede desconfigurar el programa por atentar contra su esencia.

– Elige bien a tus acompañantes… En un velero todo se magnifica. De proa a popa no hay tanta eslora como para no cruzarse, la escapatoria no es sencilla y no debemos contaminar las aguas arrojando cosas por la borda. Lo ideal es que toda la tripulación (entre 8 y 10 personas) sean amigos o, al menos, afines. No querrás compartir tu semana de ocio con caracteres de los que vienes huyendo como de la peste. Por otro lado hay viajes diseñados con el fin de conocer gente. Tú verás en qué momento de tu vida te encuentras.

– … Y sus intenciones. La proximidad entre la paz absoluta y el desaforamiento es algo tan pitiuso como el licor de hierbas.hazte un chanquete Conviene acordar a qué vas a dedicar más tiempo y en que orden. Si la mitad de la marinería quiere descansar después de un largo día en la playa y el resto canta porque no puede conciliar el sueño tras una expedición a tierra aquello no terminará bien.

– Haz acopio de provisiones. O lo que se conoce como estibar el barco. Aunque puedas concursar en cualquier programa de cocina aquí prima la funcionalidad. Cuando estés en el súper hazte a la idea de que vas a un picnic de varios días. Si quieres algo más elaborado sólo tienes que ir a uno de los estupendos restaurantes que están a tiro de zodiac.

– Tus aliados: Biodramina (opcional) Nunca tendrás un horizonte tan oscilante sin haber ingerido nada antes y te ayudará a paliar los efectos del mareo. La rapidez de adaptación a la navegación no es la misma para todos, no sufras. Protector solar (imprescindible) El sol alcanza cualquier parte del barco sin piedad. Salvo que por inspiración o enfado pases los días encerrado en el camarote tendrás que untarte cada pocas horas. Agua (vital) Aquí si que darás gracias porque sea garrafón. Para beber y cocinar, mucha, toda la posible. No esperes a que los informativos te digan que tienes que beberla para no deshidratarte. Si la nave no cuenta con potabilizadora también la necesitarás para el aseo personal.
– Reserva tu cara gato de Shrek para otro momento, aquí no vas a tener que evitar ninguna sanción por exceso de equipaje. Primero porque puedes llevar lo que quieras y segundo, y más importante, porque no tienes que llevar nada. O casi nada. Todo el día en bañador, bikini o sin él. Los camarotes están acondicionados, pero no olvides las toallas. Eso sí, dispón algunos modelitos para las bajadas a cenar, pasear o darte la vuelta, tampoco es cuestión de asilvestrarse.

 

– Mentalízate para trabajar… un poco. Desde que subes a bordo formas parte de la tripulación y tienes que colaborar para que la navegación sea óptima. Desplegar el velamen, izar el ancla, alguna guardia, es parte de la aventura. Tranquilidad, si el viento no coopera hay motor, no remos.

Un velero, es un hogar flotante. Tiene todo lo que esperas de una casa terrestre pero adaptado al espacio y al oleaje, se aprovecha hasta el último milímetro y, al principio, cuesta un poco desenvolverse. Cosas que oscilan y otras clavadas al suelo. Hay que mantenerlo limpio como norma principal de convivencia y nadie de fuera va a venir a hacerlo. La piscina no tiene rival. Prepárate para disfrutar de amanecer, atardeceres, fiestas y excursiones como nunca lo habías hecho antes. Y si echas de menos el avión también puedes aplaudir cada vez que llegues a un nuevo destino. Ahora, sólo tienes que poner estos consejos en práctica.

 

Texto: Javier Fernández (@Javier_FA_)    Publicado el 24.06.2015
Tags: Deporte, Playa, Escapada, Fin de semana, Inspiración, Romántico